El FMI demostró que las mujeres también pueden estar a la altura de los más garcas en el mundo, y que hasta podrían superarlos.
Las representantes del feminismo facho tienen puestas sus mayores expectativas en Christine Lagarde, de quien esperan que haga “todo lo que tenga que hacer”, y que no repare en “pelotudeces de nenas y maricas que llevan a la gente a ser solidaria y equitativa”.
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